Cultivos rentables de clima cálido. Producción- mercado- prácticas- control de plagas.

Las plantas útiles para el hombre.
La función clorofílica o fotosíntesis.
Frutales.
Cultivo del mango.
Cultivo de la papaya.
Cultivo de la guanábana.
Cultivo del guayabo.
Cultivo del tamarindo.
El cultivo de la piña.
El cultivo del aguacate.
El níspero.
El mamey.
Nueces alimenticias y saborizantes.
El cultivo de la nuez macadamia.
Cultivo del marañón y su industrialización.
Frutas silvestres con potencial de industrialización.
Acerola o cereza silvestre antillana.
Jobo u hobo.
Mamón o mamoncillo.
Pitahaya o pitajaya.
Hortalizas.
Calsificación de las hortalizas.
Hortalizas congeladas para la exportación.
La horticultura es una alternativa.
El cultivo del tomate.
Cultivo del melón.
El cultivo del pepino cohombro.
El cultivo del pimientón y del ají picante.
El cultivo del espárrago.
La verdolaga como hortaliza.
Estudios de factibilidad para inversiones hortícolas.
Cereales.
El cultivo del maíz.
Cultivo del sorgo de grano.
El sorgo dulce o sacarino.
El cultivo del arroz.
Leguminosas.
La soya.
El guandú o pigeonpea.
El cultivo del maní.

En la agricultura, la conservación de la tierra depende de cómo se use el agua; y la conservación del agua, de cómo se usa la tierra. La erosión natural o provocada y la salinización del suelo por el riego son ejemplos típicos de lo primero. La contaminación del agua por pesticidas y fertilizantes es un ejemplo bien conocido de lo segundo. Si la tierra es fértil, la aplicación de mucha o de muy poca agua, significa perder los minerales que podrían aprovechar los cultivos. En la agricultura extensiva se deja el cultivo a la buena voluntad de la naturaleza. El hombre aporta su trabajo en la medida indispensable que la producción lo requiera para darse por segura. La agricultura extensiva tiene lugar en regiones donde el valor de la tierra es bajo, la mano de obra abundante y por tanto, de baja remuneración. En las regiones donde el valor de la mano de obra, el de la tierra y el de la producción alcanzan cifras altas, convendrá tener un máximo de beneficio económico, recurriendo para ello a satisfacer las necesidades que los cultivos requieran, siendo entonces necesario intensificar el factor hombre y, desde luego, el capital.